El consumo de alimentos fermentados aporta importantes beneficios a nuestra salud, debido a que están llenos de probióticos, unas sustancias capaces de impedir el crecimiento de patógenos y toxinas. Además, ayudan a restaurar y conservar la flora intestinal favoreciendo la conservación de los alimentos durante más tiempo.
A medida que envejecemos disminuye la producción de enzimas digestivas necesarias para digerir, absorber y utilizar los nutrientes adecuadamente. Por ello, los alimentos fermentados, ricos en estas enzimas, juegan un papel fundamental a lo largo de nuestra vida. Además, tienen niveles muy altos de vitamina K2, ácido fólico y B12, esenciales para mantener el calcio en los huesos, producir energía y mantener los glóbulos rojos de la sangre en niveles óptimos.
Beneficios de los alimentos fermentados
- Mejora la respuesta del sistema inmune
- Reduce los efectos negativos de los antibióticos
- Ayuda en la prevención y tratamiento de la inflamación del colon después de la cirugía.
- Ayuda a prevenir el eczema en los jóvenes
- Mayor capacidad para digerir los alimentos
- Reduce la intolerancia a la lactosa
- Reduce la incidencia de las infecciones por levaduras, vaginitis y la candidiasis.
- Aumenta la capacidad para asimilar los nutrientes de los alimentos.
- Alivia ciertos trastornos digestivos como el estreñimiento y la diarrera
- Actúa como un remedio para el mal aliento
- Aumenta la capacidad de sintetizar la vitamina B
- Aumenta la capacidad de absorber el calcio
Diferencias entre probióticos y prebióticos
Los alimentos prebióticos estimulan el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas en la flora intestinal. A diferencia de las bacterias vivas de los probióticos, los prebióticos son solamente sustancias sin vida que ayudan a potenciar los efectos beneficiosos de los microorganismos probióticos.
Los prebióticos provienen de las fibras de los carbohidratos llamados oligosacáridos, que no son digeridos, por lo que permanecen en el tracto digestivo y estimulan el crecimiento de bacterias beneficiosas.
Alimentos fermentados
1. KÉFIR:
El kéfir es un producto lácteo fermentado con hongos y bacterias procedentes del Cáucaso. La leche fermenta mediante una reacción lacto-alcohólica que hace que la lactosa se transforme en ácido láctico. Su aspecto es similar a la coliflor, pero con una textura más gelatinosa.
2. TEMPEH:
Está hecho de soja fermentada de manera natural. Tiene un ligero sabor a nuez y un alto contenido en fibra, vitaminas y proteínas debido al proceso de fermentación. Se suele utilizar en dietas vegetarianas como sustituto de la carne. A diferencia del tofu, el tempeh tiene un sabor más fuerte.
3. CHUCRUT:
Se prepara haciendo fermentar las hojas del repollo en agua con sal. Se trata de uno de los alimentos fermentados que más se consume en Alemania y algunas zonas de Francia, Polonia y Rusia.
4. KOMBUCHA:
Es muy útil para la desintoxicación gracias a sus enzimas y también es conocida como Kvass de Té u Hongo de Manchuria. Su efervescente sabor, precisamente, tiene matices que van desde el vinagre de manzana hasta el champán. Es preparada a base de té dulce, que es fermentado gracias al hongo conocido como SCOBY, acrónimo de Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast, o en español: cultivo simbiótico de bacterias y levaduras.
5. YOGUR:
Los yogures probióticos son los más consumidos. Ayudan a reducir la incidencia de las infecciones causadas por la levadura y regula problemas como la diarrea o el estreñimiento, al menos, un vaso de yogur probiótico al día.