O las amas o las odias, pero siempre las acabas comiendo. ¿El motivo? Sabemos que son uno de los alimentos más saludables que debemos incluir en nuestra dieta y a los que no debemos renunciar.
O, por lo menos, así nos lo han enseñado desde bien pequeñitos.
¿Quién no recuerda a su abuela repitiendo: «Cómete todas las lentejas, que te aportan mucho hierro»… Y así una y otra vez hasta que vamos cumpliendo años y aquel plato que siempre intentabas evitar ahora se ha convertido en uno de tus favoritos.
No obstante, y a pesar de que son uno de los alimentos más importantes de la dieta mediterránea, la falta de tiempo se convierte en una excusa de muchos para no incluir las legumbres en su alimentación. Un error que se acaba pagando caro, porque los minutos dedicados a su preparación no son tal en comparación con la cantidad de beneficios que su consumo aporta a nuestro organismo.
La pregunta es: ¿Cuántas veces a la semana deberíamos comer legumbres? ¿Con una sería suficiente?
Lo cierto es que no. Los expertos en nutrición recomiendan consumir entre dos y cuatro raciones a la semana. Incluso, los que llevan una alimentación vegetariana pueden ampliar la periodicidad hasta cinco veces.
Lo peor es que existen diversas encuestas y publicaciones que concluyen que más de la mitad de los españoles solo toma legumbres tres veces mes.
Y, siendo así, ¿qué beneficios nos estamos perdiendo?
- Son un alimento muy nutritivo que aporta energía y vitalidad
- Evitan la retención de líquidos y contienen una gran cantidad de Vitaminas.
- Son una fuente importante de minerales. A través de ellas, el cuerpo recibirá calcio, yodo, zinc, fósforo, potasio, hierro, cobre y magnesio, estimulando las enzimas para una adecuada digestión y pigmentación de la piel.
- También incluyen una importante cantidad de ácido fólico, recomendado sobre todo para las mujeres.
- Comer legumbres colabora con el adecuado funcionamiento intestinal gracias a su alta presencia de fibra, lo que evitará el estreñimiento. Además, al ingerirlas, el proceso digestivo se hace más lento y la persona se siente saciada rápidamente.
- Por otro lado, son un alimento recomendado para reducir los niveles de colesterol malo (LDL).
- Las proteínas que contienen fomentan el control de la presión arterial alta y en consecuencia protegen la salud del corazón.
- Regulan el sistema nervioso, evitando el estrés y la ansiedad.
- Apenas tienen grasa. Las cantidades de lípidos de las legumbres son prácticamente insignificantes, y además corresponden a ácidos grasos poliinsaturados o grasa buena.
- Están libres de gluten, por lo que son un alimento perfecto para las personas que tienen problemas de celiaquía.
Cómo incluir las legumbres en diferentes platos diarios
A nadie le gusta repetir menú todos los días, por lo que queremos mostrarte algunas ideas muy sencillas para que incluyas las legumbres en tus platos varias veces a la semana sin tener la sensación de que tu alimentación es monótona.
Hummus o crema fría de garbanzos: Puedes consumirlo como aperitivo, en la cena o, incluso, para picar algo saludable entre horas.
Cremas de verduras y legumbres: Con la llegada del frío podemos apostar por este tipo de platos calientes para acabar el día. Es una buena forma de incluirlas en la dieta para aquellas personas a las que no les gustan demasiado.
Ensaladas: En la variedad está el gusto. Las lentejas, los garbanzos o las alubias, entre otros, pueden combinarse con aquellos alimentos que más te gusten, como el tomate, el maíz, el aguacate…
Dulces: Las legumbres cocidas y trituradas también sirven para sustituir a las harinas a la hora de elaborar pasteles. Su sabor se puede disimular con canela o jengibre y el resultado será más delicioso de lo que imaginas.
Algunos trucos de cocinado…
- La proporción de agua y de legumbres debe ser de 3 partes de agua por 1 de legumbre. Se recomienda dejar hervir 5-10 minutos a fuego rápido y sin tapar. Retirar la espuma que sale en este tiempo ya que no es buena.
- Añadir la sal al final de la cocción para evitar que se despellejen. Si se utiliza caldo para cocinarlas, quizás ni la precisen.
- La pared de las legumbres es muy impermeable por lo que es importante hidratarlas para reducir el tiempo de cocción y mejorar el resultado. Lo ideal son doce horas en remojo (la lenteja no precisa tanto tiempo).
- Las alubias y las lentejas comienzan a cocinarse con agua fría, los garbanzos con agua caliente.
¿Sabías qué…?
La soja, el altramuz, los guisantes, la algarroba y el cacahuete también son legumbres.
Aunque deben de ser consumidos con más moderación que el resto de las legumbres (una o dos veces por semana), los cacahuetes y los altramuces resultan muy provechosos por el alto nivel de grasas monoinsaturadas y proteínas que contienen, además de fibra. Se trata de alimentos aptos para celíacos y ayudan a reducir el nivel de colesterol en sangre.
En el caso de la algarroba, solo se utiliza para elaborar harina.