¿Miedo a los excesos en Navidad? Toma nota sobre estas recomendaciones para que tus fiestas sean más equilibradas.
Ya has montado el árbol de Navidad y comprado la mayoría de los regalos, pero… ¿También has planificado los menús para evitar los excesos y poder mantener una dieta equilibrada durante estas fiestas?
Si la respuesta es NO, estás leyendo el post indicado. Al contrario de lo que muchos piensan, las Navidades no son incompatibles con la alimentación saludable y bio.
La mejor defensa para que estas fechas que se avecinan no se conviertan en una pesadilla para tu cuerpo es organizar con tiempo la lista de la compra y los platos que te gustaría elaborar.
El primer consejo: no te agobies con los invitados y aprovecha este tipo de reuniones para fomentar entre tus familiares unos hábitos más sanos y con identidad. ¡Ah! Y olvídate de los platos precocinados.
5 ‘DEBERES’ PARA TU DIETA NAVIDEÑA
1. Los postres, siempre caseros
Ganarás en salud y sabor. Deja de lado los dulces y la bollería industrial para evitar un consumo excesivo de grasas saturadas y azúcar. De esta forma, podrás controlar con detalle los que estás comiendo y elegirás los ingredientes que más te gusten.
Además de para tu bolsillo, esta opción también te permitirá evitar problemas con posibles invitados veganos, vegetarianos o alérgicos a algún alimento. (Siempre, infórmate de esta posibilidad para estar prevenid@).
En este sentido, es recomendable que utilices endulzantes saludables como la Stevia, el sirope de Arce o el de Ágave, así como el azúcar de coco o el de abedul, con un 40% menos de calorías y un índice glucémico próximo a 7 frente a los 64 del azúcar común. Las harinas, mejor ecológicas (de soja, de maíz, de arroz…), y el cacao cuanto más puro y desgrasado, mejor.
Por último, incluye frutas y verduras también en este tipo de platos. Aportarás sabor y menos calorías, pero también serás un chef muy original. Veáse bizcocho de calabacín, manzanas asadas, natillas de té matcha, tarta de zanahoria…
2. Introduce novedades en las sobremesas
Plantéate tus invitaciones como una especie de juego y sorprende a los comensales con una cata de infusiones en vez del tradicional café. Aprovecha las largas sobremesas y meriendas para introducir nuevos sabores y comentar los beneficios de las plantas aromáticas que más te gusten: jengibre, Chai Dulce, Té verde energía, limón, guaraná… Las digestiones serán mucho mejores y, en muchos casos, conseguiremos una sensación de saciedad que evitará atiborrarnos de dulces.
3. Adiós a las frituras
No confundas entrantes con comida rápida o frituras. Evita utilizar la freidora y opta por el horno o la plancha. Además, es un buen momento para incluir verduras en tus platos. Intenta que siempre haya una deliciosa ensalada o que los principales platos vayan acompañados de una guarnición de vegetales. Recuerda que este tipo de alimentos también te servirán para darle color y presencia a tus propuestas culinarias. ¿Aún no has probado el aceite ecológico de lino, de coco o de argán (…)?
4. Salsas para chuparse los dedos
Como no hay Navidad sin salsa en el plato, hemos de buscar alternativas con menos calorías y grasas. Sustituye la mantequilla o la nata por la leche evaporada, por ejemplo, conseguirás la misma consistencia, pero menos grasa. Aliña con aceite de oliva, vinagre, limón y salsa de soja o atrévete con una crema de mostaza, realizada con avena, agua y mostaza. Recomendación: incluye frutos secos para darle un toque más nutritivo.
5. ¿Y si el invitado soy yo?
En caso de ser tú el invitado lleva alguno de tus platos saludables favoritos para compartir en la mesa con los demás. Bien sea un postre casero, un mix de frutas afrodisiacas y/o tropicales, que llamarán la atención del resto, como es el caso del lichi, el mango, el coco o el aguacate… Y, si ya quieres empezar bien desde el principio, preséntate con un entrante: hummus de remolacha, unos chips de boniato, queso crema a base de tofu o un delicioso guacamole.