Aunque nos hemos acostumbrado a tener disponibles la mayoría de frutas y verduras durante todo el año, debemos saber que no es algo natural ni para nuestra salud ni para el Medio Ambiente.
Consumir vegetales forzados debido a las nuevas técnicas de conservación y envasado hacen que los productos pierdan toda su calidad. Precisamente, la ventaja de añadir a nuestra alimentación productos recolectados en su estación natural y de origen ecológico nos asegura un mejor precio, más frescura y un valor nutritivo y sabor intacto. Por ello, queremos ayudaros a conocer el momento idóneo de cada fruta y verdura para configurar nuestros menús diarios de una manera inteligente.
¿Qué productos son los más idóneos en mayo?
Las frutas de mayo son muy variadas y cargadas de nuevos olores y sabores, invitándonos a adentrarnos de lleno en el verano y las altas temperaturas. Por ello, su principal característica es que son productos con más agua para ayudarnos a hidratarnos.
Dejamos atrás las berenjenas, las acelgas, las alcachofas, el apio y el brócoli y comenzamos a ver más espárragos trigueros y pimientos rojos.
Ajo: Puede disminuir el colesterol total y LDL. Para aquellas personas con colesterol alto, los suplementos de ajo pueden reducir el colesterol total y/o LDL aproximadamente en un 10-15 % (9).
Calabacín: También llamado zucchini está compuesto de un 95% de agua. Este alimento no tiene ningún contenido calórico, por este motivo es altamente benéfico para el organismo.
Cebolla: Además de su composición con el 90% de agua, la cebolla contiene vitaminas del grupo B necesarias para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y del inmunitario; también vitamina E y C, con potente acción antioxidante.
Espinacas: Gracias a sus propiedades puede ayudarnos a mejorar dolencias como la artritis e incluso favorecer nuestra salud cardíaca
Puerros: Son una de las mejores fuentes de fibra dietética, que ayudan a saciar el organismo. Son ricos en vitamina B9 o ácido fólico, lo que genera nuevas células y mantiene la sangre sana para oxigenar el organismo. También proporcionan calcio, que fortalecen los huesos y los dientes.
Pepinos: Se trata de un alimento con bajo aporte calórico y pocos hidratos de carbono. Aporta una buena dosis de fibra, así como vitaminas A, B, C y E y minerales.
Rábano: Los rábanos son una de esas hortalizas que a pesar de su contenido en hidratos de carbono, siguen siendo bajas en calorías y ofreciendo un gran aporte de agua. Por otra parte, destaca su buena cantidad de fibras, elemento ideal para el sistema digestivo y también para sentir sensación de saciedad.
Cereza: Las cerezas son una de las pocas fuentes alimenticias que contienen melatonina, un antioxidante que ayuda a regular el ritmo cardíaco y los ciclos de sueño del cuerpo. Las cerezas son ricas en vitaminas C, E, potasio, magnesio, hierro, ácido fólico y fibra.
Níspero: El níspero fresco es muy rico en potasio y en algunas vitaminas del complejo B, tales como ácido fólico, vitamina B6 y niacina. También tiene grandes cantidades de vitamina C.
Melocotón: Es una fruta que, gracias a la Vitamina C, ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel y a combatir el daño causado por el sol o la contaminación. Esta vitamina juega un papel fundamental en la formación de colágeno.
Plátano: Entre sus principales propiedades, cabe destacar que aporta energía a nuestro organismo muy rápidamente, ayuda a regular problemas intestinales y los niveles de colesterol.
Pera: Es una fruta con una gran riqueza en agua lo que la hace ser un alimento pobre energéticamente, por ello los especialistas en nutrición las recomiendan en dietas de adelgazamiento al ser muy útil para mantener la línea.
Limón: Por su alto contenido de antioxidantes, vitaminas y minerales, el limón es un alimento diurético que promueve la eliminación de líquidos y sustancias tóxicas retenidas en el organismo.