¿La Chía se toma con agua o sin ella?

Existe la creencia de que las semillas de Chía solamente hacen efecto mezcladas con agua u otra bebida, pero lo cierto es que tomarlas con alimentos maximizan aún más su efecto saciante

¿Qué es la chía?

La Chía (Salvia hispánica) es una de las plantas con mayor concentración de Omega3, un ácido graso que contribuye a mantener los niveles de triglicéridos en sangre y al correcto funcionamiento del corazón y del sistema inmunológico. Este ácido participa además en los procesos inflamatorios, inhibiéndolos.

Originaria de Latinoamérica, sus semillas también contienen Omega 6 y 9, y son muy fáciles de digerir, tienen un alto contenido en fibra y son muy ricas en nutrientes, vitaminas (especialmente la B) y minerales.

Las proteínas vegetales de la Chía ecológica son, además, un gran aliado cuando hablamos de alimentos saciantes. Por un lado, proporcionan una energía estable, permitiendo que mantengas una sensación de saciedad entre comida y comida.  Y, por otro, las semillas de Chía son fáciles de mezclar con otros alimentos, maximizando todavía más la sensación de saciedad. Este efecto hace que los alimentos elaborados a base de Chía sean una estupenda opción para personas que realizan dietas de control de peso.

No solo las semillas de chía ecológicas, también la quinoa ecológica, las legumbres o las algas como la spirulina poseen importantes cantidades de proteína con acción saciante.

¿Cómo se toma la chía ecológica?

Depende un poco del propósito para el que las tomemos. Para conseguir el efecto saciante, lo óptimo es mezclar las semillas con otros alimentos para que sus mucílagos (sustancia vegetal viscosa que absorbe agua) se hinchen con los jugos gástricos, haciéndonos sentir más llenos. Se pueden añadir al desayuno, ensaladas, pastas, yogures, como topping en postres, etc. También podemos incorporarlas, por ejemplo, a un puré de verduras o usarlas para elaborar masas en nuestros postres caseros. El único límite es nuestra imaginación.

Si lo que queremos es aprovechar la fibra de la Chía y ayudar a nuestro tránsito intestinal, lo idóneo es echar las semillas en un vaso de agua u otras bebidas. Dado que la Chía ecológica tiene un sabor suave bastante neutral, se pueden mezclar con zumos o batidos que aporten más sabor. En estos casos, los mucílagos absorben el líquido del vaso, se hinchan y aportan su textura viscosa a la bebida.

Ante la creciente demanda de la Chía ecológica, existen en el mercado otros preparados ya elaborados con las semillas de la planta. En los supermercados ecológicos en León y Madrid Oh! My Bio contamos con distintos tipos de galletas, barritas de chocolate y roscos de espelta, entre otros. Estos productos, además de Chía, cuentan con el sello de garantía de agricultura ecológica.

Protección solar ecológica y para toda la familia

Los protectores solares ecológicos son una estupenda opción para pequeños y mayores. Sus minerales funcionan como pequeños espejos que reflejan los rayos solares, actuando desde el momento de su aplicación

Las cremas de protección solar elaboradas con minerales (filtros físicos) producen una barrera natural en la piel que reflecta los rayos UV: es el conocido como efecto pantalla total. Mientras que éstos protegen desde que lo aplicamos sobre la piel, los protectores solares de filtros químicos (también denominados orgánicos), no actúan hasta unos 30 minutos después de aplicarlo, debido a que la piel debe absorber los componentes químicos para estar protegida.

Los solares ecológicos que tenemos en Oh! MyBio están realizados con estos minerales, por lo que son mejor tolerados por las pieles sensibles que aquellos elaborados con ingredientes químicos. Es importante destacar que se deben aplicar cada dos horas para garantizar que la piel siga cubierta de la suficiente cantidad de minerales para que el sol se refleje y estemos 100% protegidos.

Para proteger a los más pequeños de la familia, debemos recordar que los niños menores de 6 meses no deben estar expuestos, bajo ningún concepto, al sol. Los niños de entre 6 meses y dos años pueden estar al sol pero nunca de 12 a 16 horas, y con una crema protectora de al menos un factor 50. Y es recomendable protegerles además con ropa blanca, sombrero y gafas de sol con filtros para los rayos UV. Recuerda que tanto niños como adultos se pueden quemar incluso bajo una sombrilla, por lo que el uso de protección solar es imprescindible en cualquier caso.

Existe la falsa creencia de que echarse estas cremas de efecto pantalla, realizadas con minerales, dificulta el bronceado, pero nada más lejos de la realidad. Nuestro organismo generará igualmente la melanina que hace que nuestra piel se oscurezca, pero lo hará de forma saludable y protegida, evitando enfermedades de la piel y el envejecimiento prematuro.

Los protectores solares ecológicos de Oh!MyBio están elaborados además sin perfumes, parabenos ni filtros sintéticos, idóneos para las pieles más delicadas y para todos los miembros de la familia. Además, al ser ecológicos, tienen sello de garantía de que durante su producción se ha respetado el medio ambiente.

 Este verano ¡broncéate y cuida tu piel de la manera más natural! y descubre la amplísima gama de solares ecológicos que tenemos en nuestros supermercados ecológicos en Madrid y León

La sandía, una superfruta antioxidante

La sandía ecológica es muy rica en antioxidantes, Vitamina A, Vitamina C, potasio, magnesio y L-citrulina, por lo que nos ayuda a protegernos de agentes externos, paliar la astenia y obtener una función cardiovascular normal

Está de moda hablar de los superalimentos que, por sus propiedades, aportan grandes cantidades de nutrientes, minerales, proteínas, vitaminas, o de todo un poco (o un mucho). Pero… ¿¿por qué no se habla de las superfrutas?? La sandía ecológica es la primera en nuestra lista. La sandía,  además de tener gran cantidad de agua (el 90% de su composición), es muy rica en nutrientes: contiene antioxidantes, Vitamina A, Vitamina C, potasio y magnesio, L-citrulina, entre otros.

El potasio ayuda a regular los líquidos del cuerpo, mientras que la L-citrulina (aminoácido que se transforma en arginina), que contribuye a la relajación de los vasos capilares, pudiendo ser una gran ayuda a la hora de regular el flujo sanguíneo y la función cardiovascular en general.  Gracias a la sinergia entre ambos, la sandía podría ser una aportación interesante en caso de tener una presión sanguínea alta.

La sandía es un potente antioxidante. Es decir, sus moléculas son capaces de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas, por lo que ayudan a nuestro organismo a protegerse frente a agentes externos, climatológicos, ambientales, contaminantes, etc.

Concretamente, la sandía contiene dos potentes antioxidantes: el licopeno  y los betacarotenos (Provitamina A), cuya presencia en la sandía va creciendo a medida que madura. El licopeno es un compuesto bioactivo que influye en ciertos mecanismos de defensa del cuerpo. Mientras que los betacarotenos participan, por ejemplo, en el proceso de producción de la melanina, por lo que tomar sandía nos servirá como complemento alimenticio natural si queremos potenciar al máximo nuestro bronceado.

Gracias a todas estas propiedades, la sandía también tiene efectos positivos a la hora de paliar los síntomas de la astenia primaveral y el cansancio provocado en épocas de gran esfuerzo físico.

Además, la sandía es refrescante y baja en grasa y calorías (30 calorías por 100 g). Para abrir boca y empezar bien el verano, os proponemos esta receta de smoothie de sandía fresquito, que os llevará 5 minutos.

Receta: smoothie de sandía ecológica

Ingredientes:

  • 400 g de sandía ecológica
  • 2 vasos de hielo picado
  • 1 yogur de soja bio

Cortamos en trocitos la sandía y la echamos en el vaso de la batidora junto al yogur de soja. Batimos bien hasta que se mezcle completamente y los trozos de sandía se desmenucen totalmente.

El resultado de la mezcla líquida debe ser de color y textura homogénea. Le añadimos el hielo picado y batimos de nuevo hasta que se deshaga.

Pásate por nuestro supermercado ecológico en León o Madrid

Si conocéis otras recetas con sandía no dudéis en compartirlas con nosotros. Y, ahora, ¡a prepararse para el verano!

 

Konjac, la planta con más nombres

El Konjac es una planta muy popular en Asia gracias a sus propiedades: rica en minerales, baja en calorías y alto contenido en fibra soluble, que contribuye a mejorar el tránsito intestinal y a controlar el peso

La flor del Konjac parece una lila
La flor del Konjac parece una lila

El Amorphophallus konjac  es una planta que crece en China, Japón, Corea y Sur de Indonesia. Pese a la belleza de sus flores, similares a las lilas, y la gran popularidad con la que cuenta en Asia, todavía es una gran desconocida en la mayor parte de Occidente. La planta es rica en minerales y baja en calorías, y de su rizoma se extrae el glucomanano.

El glucomanano es un tipo de fibra soluble que tiene gran capacidad para absorber agua (hasta 50 veces su peso), produciendo un efecto que retrasa la absorción de líquidos y glúcidos a la vez que produce sensación de saciedad. Los mucílagos, que también son fibras solubles, ayudan a regular el tránsito intestinal y bloquean la asimilación del colesterol y del azúcar. Por todas estas propiedades se utiliza como suplemento en dietas de control de peso.

Los bulbos del Konjac también son conocidos como Elephant Yam
Bulbo de Konjac

El Konjac también es llamado  Konnyaku (en Japón), gonyak (en China), o sus variantes fonéticas Konjaku. Aunque los nombres más llamativos que recibe son devil’s tongue (lengua de diablo), voodoo Lily (lila de vudú) y elephant yam (boniato elefante, debido a que el bulbo de la planta parece un “colmillo”). Éste se utiliza para elaborar esponjas, idóneas para la exfoliación de las pieles más delicadas.

El Konjac en la alimentación

Gelatina de Konjac
Gelatina de Konjac

El Konjac se utiliza, entre otras cosas, para crear harina y mermelada ya que es una gran fuente de almidón y bulbos. De hecho, es más valorada por su textura que por su sabor.  Es muy usado por los consumidores forma de bloque de gel, similar a la gelatina,  muy popular en Asia, para tomar como tentempié (no se deshace en la boca) o para ser posteriormente usada en diferentes platos: guisos, noodles, tallarines, arroz, etc.

 

Fideos de Konjac
Fideos de Konjac

En Japón el Konjac se llama Konnyaku. Así, los fideos (ito en japonés) de Konjac se llaman Ito Konnyaku. Son cortes de Konjac en forma de fideos, normalmente vendidos en bolsas de plástico con agua. Los consumidores suelen usarlos sobre todo para dos platos típicos: el sukiyaki y el orden. Su aspecto, unido a que en ocasiones se combina con algas (arame, por ejemplo), hace que en ocasiones el comensal crea que el Konjac también es un alga.

En Oh! My Bio, tu tienda ecológica en León, disponemos de, entre otros productos elaborados, tallarines, arroz, noodles y  lasaña.