5 razones para consumir sandía en verano
5 razones para consumir sandía en verano

5 razones para consumir sandía en verano

Además de ser un perfecto diurético, la sandía es rica en antioxidantes, vitaminas y minerales que son muy beneficiosos para nuestro corazón y para evitar la aparición de enfermedades.

«Es un fruto colorado, aunque no es el más carnoso. Su piel es roja y brillante y su sabor delicioso».

No hace falta jugar a las adivinanzas para saber que la sandía es una de las frutas más populares y refrescantes del verano para afrontar el calor. Su sabor dulce y delicioso la convierten en una alternativa ideal para incluir en ensaladas, batidos, postres, meriendas o, simplemente, para tomarla al natural en cualquier momento del día.

Al igual que el melón, ésta fruta pertenece a la familia botánica Cucurbitaceae y es conocida por su gran cantidad de nutrientes y bajo porcentaje de calorías. (¡Otro punto a favor para no echarla de nuestro lado en todo el verano!).

Pero, por encima de todo esto, la sandía tiene 5 importantes beneficios para nuestra salud que debemos tener muy presentes y que, como no podía ser de otra manera, os vamos a resumir a continuación.

1. Hidrata y ayuda a perder grasa corporal

Es un alimento con un 92% de agua en su composición y altos niveles de Vitamina B, que ayudan a mantener los electrolitos para convertir el alimento en energía. Además, esta fruta no tiene prácticamente grasa, aportando unas 30 calorías por cada 100 gramos, pero a la vez es muy rica en minerales, vitaminas y antioxidantes. Su contenido en citrulina ayuda a que nuestras células grasas produzcan menos tejido graso.

2. Es un excelente diurético natural

Su consumo facilita la expulsión de toxinas del cuerpo, reduciendo la hinchazón provocada por la retención de líquidos. Asimismo, interviene en el proceso de eliminación de amoniaco del hígado y protege los riñones.

3. Mejora el sistema inmunológico y previene de daños celulares

Esta fruta es rica en vitamina C, esencial para nuestro sistema inmunológico y, por tanto, protege nuestro cuerpo y ayuda a combatir, por ejemplo, los resfriados. Asimismo, mantiene el equilibrio redox (reducción-oxidación) de las células y las protege de especies reactivas al oxígeno que dañan nuestras células y el ADN.

El papel de la vitamina C también es fundamental en la formación de colágeno, es decir, el componente principal del mantenimiento en buen estado de la piel.

4. Mejora la salud ósea

La sandía contiene licopeno, que es especialmente importante para nuestra salud ósea. El licopeno dietético, que está presente en algunos alimentos como la sandía o los tomates, reduce el estrés oxidativo.

El consumo de licopeno se asocia a huesos más saludables. La sandía también es rica en potasio, que ayuda a retener el calcio en el cuerpo, dando como resultado huesos y articulaciones más saludables.

5. Contra el cansancio

Si sometes tu cuerpo a un esfuerzo, después de una dura jornada laboral o cuando practicas deporte, tus músculos acumulan amoníaco y ácido láctico. La sandía es de gran utilidad ya que tiene elementos que alivian la fatiga. Hacen que tus músculos recuperen energía, se destensen y relajen. Y como además contiene potasio, refuerza el sistema nervioso y muscular.

Tan beneficiosa es en este aspecto que muchos deportistas profesionales ingieren un jugo de sandía el día anterior a una competición  para mejorar obtener un mejor tono muscular y mejorar su condición física. Existen estudios que demuestran que tomarla antes de realizar actividades con gran esfuerzo físico reduce la frecuencia cardíaca y el dolor muscular del día siguiente.

 

 

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