El tamari es una salsa de soja fermentada con sal y agua. Es muy utilizada en la cocina china y japonesa, aunque cada vez es más común incluirla en la dieta mediterránea por su toque salado y por ser baja en calorías.
Se elabora a partir del líquido que exudan los granos de soja cuando se fermenta el miso, pero su sabor y aroma es más fuerte.
Debido a que su textura es más espesa, es un condimento muy utilizado como base de salsas para acompañar verduras, legumbres, ensaladas, algas, tofu o para aderezar el sushi.
Precisamente, el tamari es el producto perfecto para sustituir la sal en platos calientes y vinagretas.
La principal diferencia de la salsa tamari de Ecosana con la de soja es no contiene trigo, por lo que es apta para celíacos.
Por otro lado, el tiempo de elaboración y fermentación de la salsa tamari es muchísimo mayor que la de soja. Y es que mientras que esta última suele oscilar entre los 6 a 12 meses, la salsa tamari fermenta de forma natural entre 18 a 24 meses.
Beneficios de la salsa tamari
Debido a su fermentación con agua y sal contiene mucho hierro e hidratos de carbono. Lo recomendable es añadirla al final de la cocción o también para mojar algún alimento, como verduras a la plancha o en tempura.
Desde un punto de vista nutricional sorprende su increíble riqueza en aminoácidos esenciales, así como por su aporte en antioxidantes naturales.
Estas enzimas y aminoácidos ayudan a que nuestro sistema digestivo sea capaz de absorber mejor otros tipos de proteínas, por ejemplo las procedentes de las carnes.
Es una salsa ecológica y por ello mantiene sus propiedades naturales para disfrutar del sabor oriental más auténtico.