Para los que no estéis familiarizados con la sal de Himalaya, la principal diferencia con la común es que es más sana y natural.
Como todos sabemos, la sal es uno de los ingredientes que más sabor le da a nuestros platos, pero también es de los productos que más perjudican nuestra salud cuando la tomamos en exceso. A día de hoy, gran parte de los alimentos que consumimos contienen sal común y, lejos de aportarnos beneficios, aumenta la inflamación de nuestro organismo y altera la función de diversos órganos vitales porque está tratada químicamente.
Concretamente, la sal del Himalaya de Drasanvi procede de yacimientos salinos naturales y está libre de contaminantes. A pesar de su color rosáceo, es conocida como ‘el oro blanco’ por su contenido en iones de luz.
Destacar por contener numerosos componentes naturales que encontramos en el cuerpo humano. A ello le debemos la cantidad de beneficios para la salud humana. Es muy rica en minerales y oligoelementos como el calcio, hierro, magnesio y potasio. Su color rosado proviene del hierro.
Usos de la sal del Himalaya
La sal del Himalaya es un condimento excepcional e imprescindible para incluir en nuestra cocina y en cualquier tipo de plato: verduras, pescado, carne o sopas. E, incluso, para adornar muchos de ellos.
Además, también es muy popular por su uso para inhalaciones de vapor contra alergias, asma, rinitias… O como solución salina para tratar la artrosis.
Desde la antigüedad, esta sal también era recomendada para realizar baños de sal con el objetivo de desintoxicar el organismo, aliviar enfermedades cutáneas, reactivar el sistema inmune o tener un efecto relajante.
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