¿Sabías que los higos se prescribían en la antigua Grecia a los atletas olímpicos para mejorar su rendimiento y energía?
Coincidiendo con el final del verano y comienzo del otoño, llega a nuestra despensa uno de los frutos más versátiles y nutritivos de la temporada: los higos.
Este alimento cobra especial importancia por su gran aporte de fibra y antioxidantes, destinados al correcto funcionamiento del sistema digestivo, a la buena salud cardiaca y a la prevención del envejecimiento prematuro.
Además, su alto contenido en polifenoles, hierro, potasio, calcio, Vitamina C y proteínas y su bajo nivel de grasas lo convierten en una fruta excelente para muchas dietas postvacacionales en el proceso de eliminación de toxinas.
Pero, ¿existe diferencia entre los higos secos y los frescos?
El valor nutritivo en los higos secos se multiplica por tres con respecto a los frescos debido a la pérdida de agua, que pasa del 80% al 30% aproximadamente.
¿Por qué debemos incluir higos en nuestra alimentación?
1. Mejoran la digestión: es un laxante natural que sirve para mejorar el tránsito intestinal y, por tanto, aliviar el estreñimiento. Además, sus semillas estimulan la eliminación de toxinas.
2. Contra la diabetes: son un alimento excepcional para las personas que padecen esta enfermedad porque reduce la necesidad de insulina, controlando los niveles de azúcar en sangre.
3. Incrementa los niveles de energía para nuestro día a día, sobre todo los higos secos.
4. Recomendable para las mujeres embarazadas: por su alto contenido en ácido fólico.
5. Su contenido en Vitamina A también ayuda a mantener la salud de la piel.